Sobre el fallecimiento de Steve Jobs

Súbitamente, todos, bueno casi todos, al parecer se han vuelto idólatras y conocedores de Steve Jobs y amantes de Apple con el lamentable deceso del cofundador de Apple. Estaba pensando en escribir algo al respecto, pero encontré que alguien ya lo había hecho y muy bien por cierto (combina claridad, síntesis y respeto por el fallecido sin callar convicciones) , así que  creí que sería muy bueno compartirlo:

Solamente dos observaciones para poner en contexto el excelente artículo:

  • A pesar de la creencia popular, no fue ni Apple ni Steve Jobs los inventores del mouse, sino que fue creado por Douglas Engelbart y Bill English. Es decir nuestro genial Steve Jobs (dicho esto sin ironías) tomó ideas de otros.
  • Apple usa DRM (aunque no en todos los casos). La gestión de derechos digitales (DRM) que menciona el artículo es repudiada como anti-competitiva por organizaciones interesadas en la libertad de expresión y derechos de los usuarios.  (Leer este artículo por ejemplo).

Bien esta es la traducción de parte del artículo, todo el crédito es para Marcel Gagné el autor del texto original y completo en inglés se puede acceder haciend clic aquí:

No tengo un iPod, una iMac, o un iPhone. No hay productos Apple en mi mundo. No porque no crea sean cool los productos de Apple. Lo son. No porque no crea que son lindos. Dije que es la tecnología hecha sexy, no?. No tengo productos de Apple porque son francamente restrictivos. Si embargo, tengo un puñado de películas en DVD con el logo de Pixar en la caja.

Como una clase de tipo de software libre, estándares abiertos que soy, creo en la capacidad para elegir lo que quiero usar y como querer usarlo. Creo en la capacidad para seleccionar lo que quiero usar en mis computadoras. Creo en estándares abiertos y un nivel de juego para pequeños y grandes negocios. Creo que la dependencia en el proveedor perjudica a los clientes y desalienta la innovación. No creo en las altamente cuestionables patentes de software (ver ‘desalentando la innovación). No creo en la restricción de las libertades individuales con la gestión de derechos digitales en relación al uso razonable (e.g. hacer backups, poner mis medios en más de un dispositivo, etc). No creo en pedir prestado de otros y luego dar vuelta las cosas y demandarlos como parte de como hacer mi negocio.

En síntesis, no creo en casi todo y en todas las  formas  en que Steve Jobs y Apple funcionan.

    Esto no quiere decir que Steve Jobs no haya sido un gran hombre que hizo genialidades. Y admiraba un montón tanto a él y a su empresa por la manera en que se las arregló para conseguirlas. Es difícil no estar atrapado en la emoción de la próxima  atracción que sale de Apple. La razón sabe que el mundo del software libre y abierto del cual soy tan afecto podría hacer con un poco de la magia del marketing de Jobs. Oh por favor, sólo un poco de la magia de Jobs. Por favor.
Pero en mi admiración por el hombre, no puedo ayudar sino pensar en todas las otras cosas. Las que no brillan, algo más oscuro debajo del pulido cromo exterior.
Steve Jobs fue un hombre genial que hizo lo que pocos llegan hacer en su vida. El cambió el mundo. En muchas maneras para mejor. Pero no siempre.

Fin de la traducción.

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